La danza como espacio de problematización propiamente filosófica^[1]: a propósito de El Cuerpo y La Sal^[2]

“La vacuidad (sunyata): no hay fundamento en la existencia de ningún ente, todas las entidades están relacionadas unas con otras, no es que existan o no sino que carecen de fundamento, de cimiento, de ser en sí mismas. Todo es impermanente y sobre todo ocasional…“la vacuidad está vacía” es una tautología” 

Arnau Navarro, Juan

Los fundamentos de la vía media-Nāgārjuna. 

El cuerpo y la sal es una propuesta de danza performativa que surge de la necesidad de exigir al límite la capacidad del ejecutante de percibirse así mismo y al espacio-tiempo que lo contiene, y como esta percepción modifica su estado y su movimiento. El cuerpo y la sal, así, es una interogante sobre la capacidad del danzante de explorar la consciencia del  Ser y  su interrelación con lo Otro. ¿No se ubica esta pregunta en el centro mismo de la reflexión filosófica?

La certeza que subyace en esta reflexión es que el cuerpo, a partir de procesos neurofisicos, es capaz de encarnar preguntas de orden filosófico. De esta forma, partir de la exigencia –y necesidad- de experienciar los límites de la corporalidad y percepción del performer es la manera que tiene la danza de preguntar. Toda problemática del Ser implica necesariamente preguntas, entonces si los cuerpos contienen en sí misma la problemática ¿es posible que la pregunta emerja desde y en el cuerpo? 

¿Qué logro experienciar^[3] como ejecutante de El cuerpo y la sal? ¿Qué experiencia el espectador de la pieza? ¿Qué preguntas nos surgen? Para intentar responder, me centraré principalmente de lo vivenciado artísticamente y me apoyaré, con el fin de compartir de forma más eficiente la experiencia vivida, en conceptos del filósofo indio Nāgārjuna, el neurobiólogo chileno Francisco Varela, el filólogo español Manuel Bellisco y el filósofo francés Jean Luc Nancy. 

A propósito de El cuerpo y la sal, Manuel Bellisco escribió  “¿Cómo, con un poco de sal y un cuerpo silente, se puede construir todo un tratado existencial? ¿Cómo se puede convocar el vacío y llenar la existencia? ¿Cómo se puede suspender el sentido y encontrarlo en esa suspensión?¿Cómo se puede hablar del ser y suicidar al mismo tiempo el pensar y el lenguaje? (…) ¿Cómo se puede sostener la abstracción de lo que es en la latencia de un cuerpo frágil?”

A estas preguntas yo agrego desde mi vivencia, ¿si no hay fundamento en la existencia, cuál es el límite de nuestra experiencia de vida? ¿Por qué decidimos abordar nuestra experiencia de vida de una determinada manera? ¿Por qué decidimos persistir pese a la evidente vacuidad que nos contiene? 

Desde estas experiencias –la mía como performer y la de Manuel Bellisco como espectador-, reflexiono y me pregunto si la danza en general y el  El cuerpo y la sal en particular pueden configurarse como espacios de problematización filosófica. ¿Es o puede ser, entonces, danzar una manera de hacer filosofía?

A continuación presento un despliegue de afirmaciones que intentan responder a estas interrogantes. Las afirmaciones han sido elaboradas una tras otra siguiendo un pensamiento lógico que las une. 

• El ser en sí mismo contiene su imposibilidad y su “posibilidad” como decisión de seguir su experiencia de vida de una determinada manera.
• La decisión de seguir, frente a los infinitos sucesos que lo rodean, dependen de la capacidad de: percibirlos (ser afectado), re-accionar y accionar (afectar).
• La capacidad del ser no está dada. La capacidad es la posibilidad de la imposibilidad.
• Cada decisión afecta los infinitos sucesos, los cuales son infinitamente interdependientes e interrelacionados.
• El potencial de la experiencia de vida es complejo y sobreabundante, desborda.
• La pregunta acerca de un punto dentro de un infinito complejo debería contener a los dos. El punto y el infinito son inseparables.
• Lo visible y lo invisible son inseparables.
• La pregunta (la problemática) planteada inicialmente mediante un texto visible racional es insuficiente en sí misma.
• La pregunta emerge a partir del acto de suspenderse, observar y establecer relaciones de los sucesos. La pregunta emerge a partir de las relaciones incompletas detectadas.
• Sólo es posible detectar lo incompleto si se sabe que existe lo completo.
• De lo incompleto explicito emerge la pregunta.
• A partir de lo invisible visible emerge la pregunta.
• Desde la danza como acto visible de lo invisible emerge la pregunta.
• Para que emerja la pregunta la danza debe tener una fuerza activa indiscernible capaz de generar un acontecimiento. Un momento presente vivo con una intensidad y una presencia tal –indiscernible, enigmática, impactante, sorpresiva- que convoque la mirada que deviene finalmente en la duda. La duda frente a un devenir cualquiera y su potencia.
• El acontecimiento se genera en una realidad en donde todo se encuentra acoplado. A propósito del acoplamiento y los límites de la existencia, Francisco J. Varela en su libro De Cuerpo Presente escribe: “La realidad no es algo que se encuentra de forma pre-dada… sino que genera la realidad acoplándose a su medio ambiente… No existe observador y observación sino que ambos se encuentran acoplados (…)”

El cuerpo y la sal tiene tres elementos que potencian su posibilidad de hacer filosofía: 1) es un arte vivo, una performance, realizada desde la danza; 2) la danza puede contener: la imposibilidad / lo incompleto (el cuerpo, la bailarina) y su posibilidad / lo que permite vislumbrar lo completo como infinitos posibles (la materia – por ejemplo La sal-); y 3) la performance pretende generar un acontecimiento escénico desde el acoplamiento de una bailarina, la sal, el público y el lugar/tiempo escénico.

De todo lo anterior extraemos la siguiente afirmación: El cuerpo y la sal contiene todo el potencial de hacer filosofía y la única forma de saberlo es vivenciarlo. Es por ello que, dado que el razonamiento lógico solo llega hasta identificar el potencial, y este es solo un concepto abstracto per se, considero necesario exponer brevemente un alcance perceptivo de lo que se vivió durante la experiencia de la danza performance. 

La performance se presenta como una búsqueda imposible de una danza que desde la convivencia se encuentra enmarcada en un ciclo repetitivo de creación, permanencia y destrucción. Una danza cuyos trazos entrelazados crean dibujos y sonidos. Son dibujos efímeros que se desvanecen dejando algunos vestigios visibles. El color y la textura de la sal, fusionada con el sudor de la bailarina y el polvo del suelo, crea dibujos que descansan y sobresalen del suelo. La danza produce sonidos -perceptibles e imperceptible- en cada contacto (quince kilos de sal son lanzados al suelo, la bailarina desliza la sal en el suelo, la bailarina y la sal mueven el aire con diferentes intensidades,…) La sal se va impregnado en la piel de la bailarina transformando su textura, color y temperatura. La respiración y el gesto de la bailarina transitan cíclicamente entre el esfuerzo, la entrega, el goce y...  

¿Es un momento vivo de una intensidad indiscernible?, ¿se logró el acoplamiento de todo el momento escénico?, si deviene la duda ¿qué intensidad y resonancia tiene?

La pregunta continúa abierta

[1] Documento de presentación de la performance El cuerpo y la sal en el Primer Congreso Internacional de Filosofía de la Danza, Facultades de Filosofía y Bellas Artes de la Universidad Complutense y el Instituto de Filosofía del CSIC. Madrid, Junio 2017.

[2] Performance de danza exhibida en el Institut Potemkin. Chemnitz, Alemania (agosto de 2017); en el I Congreso Internacional de Filosofía de la Danza organizado por la Universidad Complutense de Madrid, España (junio de 2017); y  en el Lugar de la Memoria, Tolerancia e Inclusión Social (LUM), Lima, Perú (marzo de 2017. 

[3] Francisco Varela en su libro De Cuerpo Presente (GEDISA; Barcelona,1987) utiliza este término para abarcar las múltiples dimensiones de una experiencia vivida, desde la dimensión neurofisiológicas hasta la simbólica.